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lunes, 12 de agosto de 2013

¿Existen los genes de la felicidad?

Sería grato saber que poseemos unos genes que nos dan la felicidad y que por muy mal que nos vaya en la vida seremos felices para siempre. Pero, ¿qué pasaría si somos ese porcentaje que no posee esos genes? ¿Estamos abocados a sufrir?
genes de la felicidad
Unos científicos afirman que las personas felices tienen una versión más larga de un gen, que aquellos otros que no están contentos. Pero eso no significa que los que recibieron el “extremo corto del gen” estén condenados a la miseria. El hecho de que los genes se heredan, no significa que tienen que ser expresados, ni tampoco, que no tengan posibilidad de cambiar. Los científicos simplemente, han observado, que existe un vínculo entre los genes más largos y la felicidad.
Por otra parte, el Dr. Bruce Lipton, doctor en biología celular, es partidario de que el entorno, y no los genes, es el auténtico motor de la vida. Descubrió que el medio ambiente, en realidad, afecta a los genes.
Vídeo: Matthieu Ricard “Sobre los hábitos de la felicidad”
Los investigadores reconocen que, por supuesto, todo nuestro bienestar no puede estar determinado por este gen. Todas las experiencias, a lo largo de nuestras vidas y la valoración que hacemos a partir de ellas, pueden explicar las variaciones de la felicidad individual. Sin embargo, los científicos y cada uno de nosotros nos empeñamos en buscar la “causa” de la felicidad, para poder encontrar rápidamente el remedio a nuestra tristeza y la curación de todos nuestros males.
Sin embargo, si realmente existe el “gen de la felicidad”, podemos así explicar por qué algunas personas tienden a ser naturalmente más felices que otras. Eso sí, cada uno heredamos una tendencia, pero esto no determina nuestras vidas, podemos modificarlo. Precisamente, ahí radica el peligro, si creo que mis genes pueden dictar mi felicidad, así lo permitiré y así será. Mi felicidad, de hecho, sí está determinada por lo que yo creo, eso sí que dictamina mi vida y mi felicidad y si yo creo firmemente que mis genes me condicionan toda mi vida, así será.
Finalmente, como afirma el Dr. Lipton, “los biólogos celulares reconocen que el medio ambiente, el universo externo y nuestra fisiología interna, y lo más importante, nuestra percepción del ambiente, controla directamente la actividad de nuestros genes”. Los genes no son independientes del medio ambiente, ni el medio ambiente debe considerarse aparte de los genes. La causa es el efecto y el efecto es la causa, se interrelacionan. Los genes pueden indicar, pero no dictaminar.
Lo más importante es cuidar nuestro entorno, tanto interno como externo. Así, el ocuparnos en la vida de todo aquello que está bajo nuestro control es lo que provocará la gran diferencia en nuestra experiencia real de disfrutar, o no, y sentir la ansiada FELICIDAD.
Pensemos y creamos entonces, que aunque a veces parezca que hemos heredado el “gen corto”, podemos y somos capaces de alargar nuestro gen hasta conseguir la FELICIDAD.

autor  Virginia C. Pecharromán

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